poemas vida obra b

Poema Breve de Meira Delmar



Llegas cuando menos
te recuerdo, cuando
más lejano pareces
de mi vida.
Inesperado como
esas tormentas que se inventa
el viento
un día inmensamente azul.

Luego la lluvia
arrastra sus despojos
y me borra tus huellas.



Poema Bajo Tu Lástima de Matilde Alba Swann



Quiero huir de tu lástima, y tropiezo
con mis zarzas de miedo
y con mi nido
de alegrías dormidas, y desgarro.

Has tendido
tu sonrisa en piedad a mi costado,
y te quedas
a mirarme ceder, sombra inclinada
como un tronco crujido
de castigos.

Tus dos brazos cruzados, y ya ajenos,
y una boca de beso
que se guarda.

Nunca me vi pequeña como ahora,
a los pies de tu altura
compasiva.

Nunca, como hoy, descalza
y azotada,
a un instante del nunca, irremediable.

Ya no vibra mi carne
en paraísos,
ni en infiernos, ni en manzanas, serpientes,
ni en exilios.

Una lacia
sensación de desgano que me arrastra,
un insomne desorden
de cabello, una pena tremenda de estar triste,
y un deseo
de morirme mañana,
antes que partas, y dejarte
sonreír de piedad sobre mi ausencia.

(Crónica de mí misma, 1980)



Poema Berlín: Enero 1929 de Marta Pessarrodona



Vita interrumpió
sus versiones de Rilke.
El teléfono era Moabit 37-94,
y Friedrichistrasse la estación de llegada.

En la Funkturm, una tarde,
en escapada breve y solitaria,
Vita le dio a entender
la duración escasa de las pasiones humanas.

La conversación, bastante animada,
el pulso anímico de subido voltaje,
consiguieron silenciar
la letal marea humana.
(Las bombas futuras
no enturbiaron en absoluto la tarde.)

24 Brücken Allee, una dirección,
hoy compañera de los fantasmas
de antiguas embajadas:
la ciudad no había sido bombardeada.

Virginia regresó a Londres
al cabo de una semana, enferma.
Vita empezó a creer que
Leidenschaft era una palabra
de formación muy extraña.

De hecho, ninguna de las dos
presintió
la retórica del desastre.



Poema Balada En El Acantilado de Marita Troiano



cuerpo recuerda esos deseos
que por ti brillaban en los ojos
y temblaban en los labios
(C. Kavafis)

y fue tu cuerpo en aquel tiempo mu jaula/ mi sarcófago/ la ola
inmensa a la que me brindaba / afiladas las fauces/la carne
deshaciéndose en la boca
tu cuerpo / noctámbulo y violento /de aventura exquisita/con hileras
de nácar / filones de marfil /de salvaje montura / estanco de mi
sangre mi saliva mi humor y mi sudor /fiduiciario/cancelando
geometrías /cuerpo insereno al que inventé amar una vez semidormidà/
y era tu cuerpo recio/esencial columna en socavones /a veces cruel/a
veces leve y femenino en la caricia prologal
immenso jabalí /dorado pavo real /aleteando perdidos paraisos/
añorando la jungla /homicida que forniqué día a día/ al que encontré
en la calle/al que fundí mi ser en círculo de muerte sustantiva/ de muerte necesaria para seguir con vida
de abyecto rencor por el objeto amado/coronado gran jeque del
marasmo/con ansias de dominio y exterminio/con avidez de vicio
y fue tu cuerpo/bárbara cabalgata/ mi beleňo Negro de Tesalia/mi
secreta orfebrería medieval
por mí consagrado/ por mí profanado/adorado en la esencia del
límite perverso/en ascension al sol/ en descenso a las profundidades de la tierra/ mojado con la música/ guerreando con su propio corazón/ para no contraer la mansa enfermedad de la terneza
tu cuerpo/mío hasta el hartazgo/envidia de los búlgaros/quimera
celebrada por tirios y troyanos
al que quise más que a mí misma/ así en la tierra como en el cielo/
al que extrañé hiedra/ piedra y viento del oeste/ mi alucinada
brisa/ mi rayo y trueno/mi día de sol/ en unidad metodológica/y
desbríos
al que amé con la inocencia del bufón/ con la pasion de una vestal
que disputa azul con torcazas en otoño/ con el delirante ardor de
bruja sedienta de aquelarre
tu cuerpo amado mío era una vez centauro/ otra un nocturno pez/
otra un fauno acrobático/ faisán en salsa turca/ mi tejido compacto/
mi regalo perfecto en noche de navidad
tu cuerpo era narcótico/ era radiante/era en prodigiosa era jubilosa
osamenta de práctica excecrable/ de torso tóxico/ de tonos oscilantes/
latiendo su belleza hasta la nausea/ haciéndome animal/ sudando
bestia su presencia
tu cuerpo ausente/ en la distancia/ me doblega/ me quema la
codicia/me enajena el deseo/sin abdicar dolor de viento o de
cuchillo/ tu cuerpo desde lejos me sigue recorriendo toda
Todavía



Poema Bastante Menos Que Una Idea de Mario Montalbetti



No creas en la verdad.
No creas en la belleza.
No creas en el amor.
Siéntate al piano
sopla el corno
rasga la cuerda
y quedamos a la par.
No me alcances un beserol
si me duele la cabeza.
No repitas conmigo
películas que ya viste.
No creas que hay algo
importante en lo que haces.

Ni siquiera una buena acción
es tan buena como ninguna acción.

Octava nube o noveno cielo apartes
algún día el cuerpo será un hecho suficiente.



Poema Buenos Aires de Marilina Rebora



No tendrá Buenos Aires un río de cobalto
ni en sus cofres tesoros de vivas esmeraldas,
pero el cielo celeste es bandera en lo alto
y extensa pampa verde se brinda a sus espaldas.

Falto de Budas de oro o faroles de piedra,
alminares curiosos o jardines alados,
mas es rica en paredes apretadas de hiedra
y jazmines, aromos y ceibos colorados.

Posee todavía trepadoras glicinas,
trémulas madreselvas, vocingleros gorriones,
cuando no el aleo perspicaz de golondrinas
percutiendo cristales, revolando balcones.
Y el sol, siempre con sol en patios y terrazas,
tejiendo entre los árboles de las umbrías plazas.



Poema Bordados De Dios de Marilina Rebora



?¿Qué quiere decir glauco??
?Muy simplemente, verde.?
?Y añil, ¿qué significa??
?Azul; es bien sencillo.?
?¿Y el escarlata, madre? Di, para que me acuerde,
como siempre recuerdo que el gualdo es amarillo.?

?Del latín scarlatum deriva el carmesí,
o más preciso el rojo, el de Caperucita,
y ya más definidos, los tonos de rubí:
encarnado, bermejo, sin que el punzó se omita.?

?Colores y colores, colores, madre mía,
en variedad constante que todo lo renueva
para dar a las cosas infantil alegría.
Por eso Dios se afana derramando colores
y, para que tengamos siempre alegría nueva,
borda ese paraíso, prisma de resplandores.?



Poema Blanca Piedrecita de Marilina Rebora



Lo he meditado mucho, Señor, aunque no espero
visión de corcel blanco o de espada en tu boca,
estrella o mar de vidrio ?ni menos, candelero?:
quiero de Ti otra gracia y mi labio la invoca.

Quiero sí un nuevo nombre: el que nadie conoce,
únicamente sólo aquel que lo recibe,
para perfeccionar en infinito goce
lo que apenas el alma en sus ansias concibe.

Un nuevo nombre escrito en blanca piedrecita.
«¿Cuál será?», me pregunto. Inútil responderme
pues lo susurra sólo el ángel que visita
las almas que Tú eliges para esta recompensa.
(Mientras se cumple el término, el espíritu aduerme
y la mente imagina, discurre, trama, piensa…)



Poema Brevíssimo de Maricruz Patiño



Hombre de mar
como una ola
Viene y se va…



Poema Bajo El Volcán de Maricruz Patiño



La Voz

I

El viento recorta el perfil
de su lomo inclinado
El corazón del volcán está encendido
fiesta de luces, cuando el sol caprichoso
aparece quemándolo todo
En el centro de la tierra estallan nubes
Piedras y ceniza
brota de un corazón de fuego
cálida intocada
Apenas un mal presentimiento
una vaga tristeza que se escucha
el panal de la memoria
con su miel de humo.

II

Yo que no sé lo que es vivir entre flores
ni abrirse paso entre las hojas
o sobrevivir al cortejo de los colibríes
y al acecho continuo de pájaros e insectos
¿cómo podría saberlo?
Yo, que sólo soy una mirada
que ha venido a contemplar
y se irá contemplando.

Los personajes:

III

Anel dibujará palabras
en las hojas
pintará siemprevivas
llenas de color
como sus ojos verdes

IV

Antonio deambulará entre pinos
y pensará en el Arca
Como Noé
juntará a las parejas por su nombre
y en sus ratos celestes
escribirá la relación del cielo y sus infiernos
guiado por su León de cola rancia
y no Virgilio

V

Y la doctora Marta suturará las heridas de los niños
rodeada entre las flores pensará en el Hombre
Y al dormirse su último poema
irá de nuevo a un hombre
Y pensará que este jardín tan sólo es bello
si lo mira un hombre.

VI

Alicia inventará tal vez
un nuevo abecedario
una manera de comunicarse con la luna
y encontrará una flor que le dirá su nombre

La Voz:

VII

Es el viento otra vez
Como la estrofa
A punto de llevarse los puntos suspensivos

Después retomo este jardín salvaje
donde el árbol soy yo
una raíz profunda
un territorio
una mano extendida
un sonsonete
un rugir de la tierra
fumarola en esta naturaleza despeñada
creciendo a su antojo. Alucinada

VIII

El pensamiento

El claro trigal
Sobre la verde yerba
Trazo de arena.

*

Jerga fónica

Alucinada
¡Ah, Luci!, nada.
A Luci, nada.
¡Ah, luz y nada!



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