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Poema Baladas Del Dulce Jim (fragmentos) de Ana Maria Moix



Lo descubrí con la frente apoyada en el escaparate de la pastelería y en los ojos blancos, increíbles, le reconocí: era Dios y estuve a punto de decírselo: Te ves más viejo desde la última vez. Pero me pareció tan triste que hice como si no lo conociera.

*

Un pájaro azul y el horizonte lejos. El mar que regresaba despacio a mis espaldas, sin alcanzarme nunca. Recogeré las flores en la arena como si fuera la primera vez que sueño sobre la playa.

*

Las gaviotas volvieron al mediodía y bajo el sol nos asesinaron con razón: habíamos echado a perder la playa con tantos sueños.

*

Tembló el mar como una golondrina cuando por fin comprendimos que no podíamos hacer otra cosa que vivir. Pero las ciudades estaban lejos y, como si una gran heladería hubiera caído a mis espaldas y me fuera imposible regresar, no puedo decir cuántos días tardé en averiguar que todas las calles desembocan en los muelles y qué triste es tener que abandonar las casas para que las paredes y los libros no nos ven llorar.

*

Ay madre, ya soy como la España; ni chicha ni limoná, loquita del corazón y dura como la caña.



Poema Barca Nerudiana de Luciano Castañón



Barca, aunque tu quilla quebró el agua,
hoy varada permaneces
porque el tiempo imperturbable
pasa.

Mientras el patrón que estrenas
embadurna la comba a estribor de tu cadera,
evidencias en la rambla
tu suciedad destartalada.

Fíjate, hay a tu vera
hombres
que te ofrendan sus miradas
y palabras elogiando
tus venturosos días,
?cuando volabas?.

Ponte seria y vanidosa
porque trasciendes importancia
pese
a tu valor misérrimo en monedas,
a tu borda mordiscada
ya las ranuras ?cuchillos de luz?
que agrietan la curva de tu panza.

Sin toletes, sin timón. ..
pero con corazón y alma.

Residual barca en paz
que alimentas la esperanza
de tu casi mendigo nuevo dueño,
mereces ?aunque no pesques, aunque naufragues?
una oda nerudiana;
dada tu inevitable muerte
(si el patrón quisiera ver
vería que es evidente),
¿hallarás quién te la haga?



Poema Bellísima De Estío de Basilio Fernández



Nunca reclines un ángel oh bellísima de estío
hacia el violín sibarita
Hay que dejar caer la voz
para hacer pie sobre las amapolas.
Bien sé que una mejilla
es tan mortal como las pompas de jabón
Bien sé que los transeúntes
están hallando el área de las flores
Por eso te ruego ruiseñor
que te adhieras a la caída de la hoja
Alista tu materia prima para las talas de amor
Disfrázate de ciervo descalzo y sin autoridad
sobre el mar
y rescatarás su alma de las traidoras
golondrinas



Poema Barcarola de Luis Llorens Torres



Déjame, niña, bogar,
en el esquife de un verso,
por el oleaje perverso
de tus pupilas de mar.
Quiero en ellas desafiar
las rachas de tu ilusión,
y que una ola de pasión
me envuelva en sus espirales,
me ahogue entre sus cristales.
y me hunda en tu corazón.



Poema Bucólica de Vicente Molina Foix



Arrancar florecillas
del campo
está hecho para nosotros.

Y saltar riachuelos
sin que el salto
nos impida seguir
con la mirada
los deslices plateados
del pez vivo.

Oír la esquila y ver
las nubes bajas
confundidas
con los recién nacidos
del rebaño.

Recostarse a la sombra
del arbolito
que apenas tiene
y observar cómo crecen
las crías de la reina
de las rapaces.

Una naturaleza pequeña
le conviene
a nuestro repentino
y algo escuálido amor.

Publicado en «Ínsula»



Poema Bellísima de Eduardo Lizalde



Y si uno de esos ángeles
me estrechara de pronto sobre su corazón,
yo sucumbiría ahogado por su existencia
más poderosa
.

Rilke, de nuevo

Óigame usted, bellísima,
no soporto su amor.
Míreme, observe de qué modo
su amor daña y destruye.
Si fuera usted un poco menos bella,
si tuviera un defecto en algún sitio,
un dedo mutilado y evidente,
alguna cosa ríspida en la voz,
una pequeña cicatriz junto a esos labios
de fruta en movimiento,
una peca en el alma,
una mala pincelada imperceptible
en la sonrisa…
yo podría tolerarla.

Pero su cruel belleza es implacable,
bellísima;
no hay una fronda de reposo
para su hiriente luz
de estrella en permanente fuga
y desespera comprender
que aun la mutilación la haría más bella,
como a ciertas estatuas.



Poema Buenos Días de Nacho Buzón



nunca olvidaré
aquel día que amanecí
a tu lado
recuerdo que sin decir
palabra
nos besamos
nos fundimos
fuimos dos en uno
uno en dos

nunca olvidaré
aquel día que amanecí
a tu lado
máxime
si se vuelve a
repeti



Poema Balada De S. de Myriam Moscona



a Guadalupe Alonso

Fui por unos días la mujer más bella de mi ciudad. Llevaba un vestido con doble aura. Abajo, todo se flechaba en un tiempo preciso.

En el camellón de Insurgentes fui el tigre de Blake, en San Ángel hablé con los nimbados pájaros de Dios, en la Plaza del Carmen encontré a mi madre fumando un cigarrillo. Supe sostener mi fragilidad.

Ser perfecta era como mirar un huevo.

Por unos días fui la acuciosa evangelista de Santo Domingo, recé en la sinagoga, caminé por los portales, entré en la catedral con un aire divino.

Afuera toque la piedra de la diosa y no me respondió con su silencio: hablamos hasta el alba y al besarla volvió a dormirse porque la tibieza de mi fruto era como un sueño de bienaventuranza.

Encontré a Álvaro en la cantina, a Héctor recargado en el Monte de Piedad, a Norman dormido en la Alameda. Mi padre me vio pasar. Su corazón flotante, blanco, parecía una rara pieza de granito.
También hablé con dos perras de la calle. Una amamantaba a sus crías y derramó su leche en el cuenco de mi mano. Como una tortuga mojada, esplendía la ciudad. Más adentro la noche y en su núcleo la rotación que pude tocar con estas yemas.

Después de un tiempo el huevo se hizo agua y un rizo de sangre cosió mis lagrimales.



Poema Besarse, Mujer de Miguel Hernandez



Besarse, mujer,
al sol, es besarnos
e toda la vida.

Ascienden los labios
eléctricamente
vibrantes los rayos,
con todo el fulgor
de un sol entre cuatro.

Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte.

Descienden los labios
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.



Poema Bailan Las Gitanas de Miguel De Cervantes Y Saavedra



Bailan las gitanas,
míralas el rey;
la reina, con celos,
mándalas prender.

Por Pascua de Reyes
hicieron al rey
un baile gitano
Belica e Inés.
Turbada Belica,
cayó junto al rey,
y el rey la levanta
de puro cortés;
mas como es Belilla
de tan linda tez,
la reyna, celosa,
mándalas prender.



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