poemas de amor y romanticos

Poema Reloj De Arena de Poemas de Amor y Románticos



Hace un siglo amé a un hombre
y podía sentir su olor lamiendo mis entrañas,
el universo revelado ante mí en el borde de su camisa
-botón por botón caían los misterios del profundo oráculo-
mi destino trazado en su torso.

Hoy descanso en su cuerpo con la cotidianeidad de los sueños perdidos.

Hace un siglo amé a un hombre
pero he perdido el rastro de su piel
el sello de su boca,
aquella cicatriz tan cercana a mi ombligo.
Un dolor incoloro se afirma entre mis lágrimas,
ya no es más ese monstruo que me tragaba adentro.

Es cierto que amé a un hombre
pero hoy sus huellas ya no existen
ni siquiera en el persistente agujero de mi almohada.

ADRIANA ORTEGA ORTIZ ( México, 1966 )



Poema Recuéstate En El Cojín De Mi Ternura de Poemas de Amor y Románticos



Recuéstate en el cojín de mi ternura,
mujer copiada de dolor y rosas,
y dame de tus avispas armoniosas
el azúcar de ayer en agua pura.

Aquí donde un silencio de frescura
se palpa en mi regazo cuando posas,
aterriza el amor en mariposas
tomando de aeropuerto tu figura.

No cambio ser ladrón de tu hermosura,
en este mundo de tan feas cosas,
y explotar tu belleza con usura.

Traslada las avispas armoniosas
del panal de tu piel a la espesura
del bosque de mis manos silenciosas.

ALFREDO SANCHO ( Costa Rica, 1924 )



Poema Primavera En Eaton Hastings de Poemas de Amor y Románticos



Porque te siento lejos y tu ausencia
habita mis desiertas soledades,
qué profunda esta tarde derramada
sobre los verdes campos inmortales.

Ya el Invierno dejó su piel antigua
en las ramas recientes de los árboles
y avanza a saltos cortos por el prado
la Primavera de delgado talle.

Por el silencio de pendiente lenta
rueda la brisa en tácito oleaje
y apunta la violeta su murmuIlo
al pie del roble y de la encina grave.

En las aguas inmóviles del lago
anclan nubes y luces vesperales
y tiende el bosque sus flexibles redes
al vuelo prodigioso de tu imagen.

El sol azul con cuidadosas manos
rayos y brumas teje en noble arte
hasta dejar de tu color, amada,
la piel inmaculada de la tarde.

Te miro recostada sobre el césped,
agua verde y verdor claro tu carne,
tu rumoroso pelo embravecido
y el bosque de tu risa palpitante.

Alrededor de tus tobillos breves
ciñe la luz minúsculos collares
y abrazan a tus brazos poderosos
los tallos y las ramas verde antes.

Pulsan las finas cuerdas del silencio
tus voces y los pájaros locuaces;
el cielo en plenitud abre sus venas
de calurosa y colorada sangre.

¡Y alza mi corazón su pesadumbre
como un nido de sombras un gigante!

PEDRO GARFIAS ( España, 1894 – 1967 )



Poema Premonición de Poemas de Amor y Románticos



…Y sin saber que nos llegó el momento,
nos quedaremos solos… Habrá como un silencio
tan hondo, que las almas
palpitarán de miedo… Lentamente
mi mano irá a la tuya, y en mis ojos
fulgirán tus radiantes ojos negros…
Cruzarán los instantes, por milagro… En el cielo
se fugará una estrella, dejando en su partida
una rúbrica audaz… y el azulejo,
pobre pájaro mudo que no supo de trinos,
gorjeará mil arpegios…
…Después, en el misterio de la noche feliz,
con suavidad de arrullo, dirás trémula: -Sí…

ERNESTO FERNÁNDEZ ARRONDO ( Cuba, 1897 – 19..? )



Poema Poema De Tus Manos de Poemas de Amor y Románticos



Tus manos son dos nardos que mi boca
ensortija de besos. en tus manos,
transformose el manojo de mis penas
en manojos de cantos.

Cuando acarician mi cabeza negra
hay en mi frente pensamientos blancos.

Surgieron en el mar de mi agonía
y se tendieron a mi sueño náufrago.

Y no son manos consteladas -iris
de zafiros, diamantes y topacios-:
son manos que adornaron las virtudes
con las ásperas joyas del trabajo.

JESÚS ORTA RUIZ ( Cuba, 1922 )



Poema Poema De Tu Cuerpo de Poemas de Amor y Románticos



Como una hormiga de plata
mi voz va recorriendo, lentamente,
hoy que ya no te veo,
el nardo luminoso de tu cuerpo…
Mi voz, que soy yo mismo
en la presencia de todas las distancias
de tu carne sonora,
que como flor y como seda
gime cuando mi boca se preludia en besos
en la brasa anhelante de tus labios,
clavel sangrando en ríos de esperanza
que disuelven la menta del deseo.
En el seno de sombras de esta noche de otoño
repaso la geometría de tu cuerpo,
hecha de selva y de marfil,
de brisa que se detiene
y toma una forma intangible
para cantar en brazos y cabello
la sinfonía germinal de un sueño
fundido en el crisol de alguna estrella,
¡tan alta y tan lejana,
que sólo en ti se realizó el milagro
y que no vuelve a realizarse nunca!
¡Así, toda desnuda,
como tu ausencia y tu presencia juntas
en tus senos votivos,
vigilantes de mi angustia
que busca en cada ofrenda
el relámpago vivo de tu carne
que estalla en mí
para beber mi aliento!
Entonces, sólo entonces,
tus pestañas me impiden ver tus ojos,
pero sin darme cuenta
de que en ellos he naufragado íntegro
y que no queda del naufragio
sino el despojo de mis alas muertas
sobre la arena fría de una playa sin olas y desierta.
Tú no te entregas nunca:
tu fatiga es tuya solamente;
la disfrutas muy adentro de ti,
como la vida, no sales del botón de la promesa;
cuando te das, te quedas en ti misma,
como la nube que, si se hila en agua
para caer sobre la tierra entera,
es para levantarse de nuevo
y nuevamente ser agua y nube en el vellón viajero.
Hay islas en tu cuerpo:
las recuerdo una por una y todas
forman el archipiélago de mis besos
que viven de estar en ti presentes
o de quemarse en mí para ser tuyos
y modelarte a su contacto
en el molde sediento de la palabra mía.
Pensar que tú eres mía,
creer que tú eres mía,
saber que tú eres mía
y sentir que lo eres,
como es mía la voz que te acaricia,
como es mía esta sombra que me grita
que es alma para verte.
¡Ah, cómo pudiera ser mar para quedarme
en la sirena de tu cuerpo!
Ser ola y sal para beber tu cuerpo!
¡Y cómo estoy en ti sin que me veas,
hecho beso y caricia trashumantes
en la selva de voces de tu carne,
y en tu alma la nota de silencio!
¡Oh, lágrimas lloradas
en infinitas noches de angustia de tu cuerpo,
como ésta de otoño en que yo siento
que te quedas tallada en mi cerebro
en actitud de mármol,
sin sangre, sin palabras,
presente en el dolor de la distancia,
quieta en la piedra de mi propio llanto!
Pero al tender los brazos tan cansados
se me escapa como el aliento en que se va la vida
y como luz que adentro se me apaga.

RICARDO LÓPEZ MÉNDEZ ( México, 1903 – 1989 )



Poema Poema Iii de Poemas de Amor y Románticos



Vuelvo en alas rompiendo las mareas
a calcinar mi espuma ante tu orilla.
Siendo mi pan el rayo y la tormenta
voy descalza en la rosa primitiva.

¿Qué fuerza, hombre, y qué misterio tiene
la sangre que te asoma en luz ungida?
¿Qué ardor potente pulsando en tus sienes
me desviste de angustia en la caricia?

Se yergue un semidiós en tu pupila
cuando empuñas la brújula del sueño;
y en tu ola ya extasiada y florecida
me desatas los buitres de los huesos.

Te asisten la violeta y la serpiente
plegadas en tu sexo y tu guarismo.
Por ti, la piedra en nardo se me vuelve;
por ti muero en la luz y resucito.

Por ti quemo mis brujas sentenciales
y en rosa y ponzoña me unjo los pies.
Santiguo mis senos con miel y caimanes
y en sesgo de sombras aborto la ley.

MARTHA DE ARÉVALO ( Uruguay )



Poema Plenilunio de Poemas de Amor y Románticos



A América Lugo

Por la verde alameda, silenciosos,
íbamos ella y yo,
la luna tras los montes ascendía,
y en la fronda cantaba el ruiseñor.
Y le dije… No sé lo que le dijo
mi temblorosa voz…
En el éter detúvose la luna,
interrumpió su canto el ruiseñor,
y la amada gentil, turbada y muda,
al cielo interrogó.
¿Sabéis de esas preguntas misteriosas
que una respuesta son ?
Guarda, ¡oh, luna, el secreto de mi alma;
cállalo, ruiseñor!

FABIO FIALLO ( República Dominicana, 1866 – 1942 )



Poema Orgullo de Poemas de Amor y Románticos



De un día para otro tu seno estacionado
-remanso con hoyuelo- ha empezado a crecer.
Cien veces me ha sufrido tu pudor agraviado,
y todavía, amiga, no lo puedo creer.

Ruidoso como un niño, mi buen humor contrasta
con tu recogimiento de tímida perdiz;
y, con el tono triste de tu reserva casta
ruidosa como un niña, mi palabra feliz.

Así mientras me pides con humilde protesta
para el secreto mutuo mayor intimidad,
yo quisiera vestirme con mi traje de fiesta
y salir a contarlo por toda la ciudad.

JOSÉ PEDRONI ( Argentino, 1899 – 1968 )



Poema Nuestro Amor de Poemas de Amor y Románticos



Nuestro amor no está en nuestros respectivos
y castos genitales, nuestro amor
tampoco en nuestra boca, ni en las manos:
todo nuestro amor guárdase con pálpito
bajo la sangre pura de los ojos.
Mi amor, tu amor esperan que la muerte
se robe los huesos, el diente y la uña,
esperan que en el valle solamente
tus ojos y mis ojos queden juntos,
mirándose ya fuera de sus órbitas,
más bien como dos astros, como uno.

CARLOS GERMÁN BELLI ( Perú, 1927 )



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad