Poema Prepárame La Ausencia de Antonio Alvarez Burger



Prepárame la ausencia
para cuando me busque la muerte.
Yo, en tanto, me quedaré envuelto
de los espíritus traviesos.
Quiero ser el más regocijado
con el placer de lo que espero
y estar en el cenit
cuando el pájaro azul
bata las alas al aire y pronuncie
el hado de mi nombre.
Por ahora me saben a quebranto
el impasible gesto umbrío
del invierno y su llanto obstinado.
Así tenga que volver después
a escondidas a reconciliarme
con mis entrañables espantos,
prepárame tú la ausencia
para cuando me encuentre la muerte.



Poema Indagación de Eduardo Mitre



mom semblable, mon frére.
Baudelaire

De qué herida vendrá el que te hiere.
Así, tan de filo, lujosamente.

De cuánta hambre o sed.
De qué adolescencia
humillada. De qué niñez
a golpes enterrada.

De qué piel perdida
o inútilmente deseada.
De qué desnudez
cortante como navaja.

De qué herida reciente
o lejana. De qué roto sueño.
De qué pronta muerte.
De qué primer muerto.

De qué, de quién vendrá a herirte
como si fueras un dios;
tú, tantas veces herido,
y tantas ?como él? heridor.



Poema He Metido Las Manos En El Fuego de Aníbal Núñez



He metido las manos en el fuego
por saber si era cierto su suplicio
y supe -el si era o no lo supe luego-
que el saber esperar ya no es mi oficio.

Y lo es desesperar, quiera o no quiera,
y es el seguir no hallándote en lo oscuro
de esto que llaman llanto por ahí fuera
y yo de que es mi vida estoy seguro.

Y aunque tu mano tarda, a mí me duele
como si no llegara nunca. ahora
me entretengo en trenzar melancolía.

Después vendrá la pena como suele
venir: para avisarme que es su hora;
y el estar solo a hacerme compañía.

Enero de 1962



Poema Soldado, Aprende A Tirar de Nicolas Guillen



Soldado, aprende a tirar:
Tú no me vayas a herir,
que hay mucho que caminar.
¡Desde abajo has de tirar,
si no me quieres herir!
Abajo estoy yo contigo,
soldado amigo.
Abajo, codo con codo,
sobre el lodo.

Para abajo, no,
que allí estoy yo.
Soldado, aprende a tirar:
Tú no me vayas a herir,
que hay mucho que caminar.



Poema Primavera de Isabel Rodríguez Baquero



Allegro

I
Ojalá que te bebas mis sueños,
que mi nombre se extienda por todo tu cuerpo.

Que me pierda en tu piel de aceituna
en las lentas horas de abril y de luna.

Ojalá a mi cintura
se amarre la cinta de tu sangre oscura.

Y que por tus labios
húmedos y sabios
transiten mis besos de óxido y de llanto.

Ojalá que asciendas
por mi sangre enhiesta
con la fiebre izada como una bandera.

Aunque luego huyas.
Aunque nunca vuelvas.
Aunque se haga negra
esta primavera.

Aunque yo me muera.

II
Se ha subvertido el orden,
la ley, lo establecido…
Las lágrimas son cifra de un gozo innominado,
el silencio es intenso mensaje estremecido,
lo que ayer importaba
ahora parece ínfimo,
el sosiego hace daño,
el placer es gemido…
Nos corona la noche de dalias y de mirto.

III
En esta amanecida inaugural y áurea
un ángel con melena llega de los pinares;
lo acerca nuestro aliento de besos y de mares
hasta el lecho de hierba donde el amor se instaura.

Nos contempla y sonríe, nos envuelve en su aura
de acuática armonía, de luz y pleamares,
anudados, febriles, confundidos, impares,
exhaustos en un ansia que la noche restaura.

Génesis de la vida súbitamente abierta
en tu carne y mi carne, en mi surco y tu arado,
invasión consentida de mi huerto sellado,

luminosa lanzada rasgando mi cintura,
muerte que siembra vida, vida que se inaugura.
Paraíso cerrado que nos abre su puerta.



Poema Dichoso Desear, Dichosa Pena de Gutierre De Cetina



¡Dichoso desear, dichosa pena,
dichosa fe, dichoso pensamiento,
dichosa tal pasión y tal tormento,
dichosa sujeción de tal cadena;

dichosa fantasía, en gloria llena,
dichoso aquel que siente lo que siento,
dichoso el obstinado sufrimiento,
dichoso mal que tanto bien ordena;

dichoso el tiempo que de vos escribo,
dichoso aquel dolor que de vos viene,
dichosa aquella fe que a vos me tira;

dichoso quien por vos vive cual vivo,
dichoso quien por vos tal ansia tiene,
felice el alma quien por vos suspira!



Poema Epigrama Para Fedra de Manuel José Arce



Sin saber que de Lesbos practicabas
los rituales extraños,
un día gris, inadvertidamente,
puse un beso en tus labios.

Hoy sonrío en la calle y me pregunto
-tras aquel desencanto-:
¿no sienten algo al verme tus amigas,
las que indirectamente yo he besado?



Poema En El Café de Luis Vidales



El piano
que gruñe metido en un rincón
le muestra la dentadura
a los que le pasan junto.
La bomba eléctrica
evoluciona su luz
en el espejismo de mis uñas
y desde la mesa
donde una copita
vacía
finje
burbuja
de aire
solo -a grandes sorbos-
bebo música.
En neblinas de vapor
van pasando ante mis ojos
los sopores de Asia…
Siento que anda por mi sangre
el espíritu de las uvas
del Mediodía…
y cuando los alambiques de la orquesta
dejan de filtrar
el alma ebria
-que le da por tornasolarse
en el azul de los sueños-
se interna por la callejuela tortuosa
de un cuadrito
colgado a la pared.



Poema Vincent de Esteban Charpentier



Pese a los límites que le impusieron,
después de tanta imagen, tanto arcoiris,
algo de luz se escaparía al fin
de las pupilas permanentes, cóncavas,
de los pastores y labriegos.
Ciento diez girasoles
orientaron sus voces
hacia el grito del sol
espapado en lágrimas
y ellos también lloraron al pintor
mucho antes de quedarse ciegos.
En las olas de savia
que trajeron los vientos,
en sus mares azules y naranjas
fluyeron apacibles, transparentes,
latidos de pinceles,
de manos que danzaron y olvidaron
su amanecer d epaja en los sombreros
y un nombre en el que permanecen
libres.



Poema Soneto de Jose Asuncion Silva



Tiene instantes de horribles amarguras
esta sed interior que al hombre agita,
ya del dulce Señor la faz bendita
no sonríe del cielo en las alturas.

Nada logras, oh fe, cuando aseguras
quietud a su ansiedad que es infinita
y otro mundo después do resucita
y halla en vida mejor, horas más puras,

sin columna de luz que en el desierto
guíe su paso a punto conocido
continúa el cruel peregrinaje

para encontrar en el futuro incierto
bajo una piedra el tenebroso olvido
tras las fatigas del penoso viaje.



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