Poema Este Sabor De Lágrimas (26) de Julia Prilutzky



Ni una palabra quedará, siquiera,

Amor que eras mi amor, que eras mi vida.

Ya no te digo adiós, ni hay despedida

Ni volveré a llorar por lo que fuera.

Dónde quedó el terror frente a la espera,

Dónde el pretexto fácil de la huida:

Estoy de pronto, como adormecida,

Brazos ausentes, párpados de cera.

Amor que eras mi amor, estas tan lejos

Que tu imagen se vela en los espejos

Y está la niebla donde había llamas.

Oigo que rondas pero no te veo,

Vuelvo a escuchar tu voz, pero no creo.

Ya no importa si estás ni si me llamas.



Poema Este Sabor De Lágrimas (15) de Julia Prilutzky



Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste

De una tristeza apenas explicable

Con palabras, y de una imperturbable

Soledad, que por ti nace y existe.

Siempre de gris, mi corazón se viste:

Polvo y humo, ceniza abominable

Y la envolvente bruma irrenunciable

Que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.

Gris a mí alrededor. Contra mi mano

La nube espesa se va abriendo en vano

Porque el fuego que soy, no está encendido

Y hay niebla en lo que miro y lo que toco.

Ah, yo no sé… Tal vez te odio un poco

Porque está gris y llueve y no has venido.



Poema Este Miedo De Ti, De Mí… De Todo, de Julia Prilutzky



Este miedo de ti, de mí… de todo,
miedo de lo sabido y lo entrevisto,
temor a lo esperado y lo imprevisto,
congoja ante la nube y ante el lodo.

Déjame estar. Así. ¿No te incomodo?…
Abajo ya es la noche, y hoy has visto
cómo acerca el temor: aún me resisto
pero me lleva a ti de extraño modo.

Déjate estar. No luches: está escrito.
Desde lejos nos llega, como un grito
o como un lerdo vértigo rugiente.

Me darás lo más dulce y más amargo:
una breve alegría, un llanto largo…
sé que voy al dolor. Inútilmente.



Poema Está Bien. Seré Dulce. de Julia Prilutzky



Está bien. Seré dulce y obediente
o lo pareceré. Te da lo mismo:
Necesita, de pronto, tu egoísmo
que yo me quede así, sumisamente,

Sin sufrir, sin dolor, sin aliciente,
sin pasiones al borde del abismo,
sin mucha fe ni un gran escepticismo,
sin recordar la esclusa ni el torrente.

Necesitas las llamas sin el fuego,
que el fuego del amor no sea un juego
y que esté el rayo aquí, sin la tormenta.

Quieres que espere así, sin esperarte,
que te adore también sin adorarte
y estar clavado en mi, sin que te sienta.



Poema Dame Tu Brazo, Amor, Y Caminemos, de Julia Prilutzky



Dame tu brazo, amor, y caminemos,
dame tu mano y sírveme de guía.
Ya no quiero saber si es noche o día:
mis ojos están ciegos. Avancemos.

Dame tu estar, amor, en los extremos,
tu presencia y tu infiel sabiduría:
por los caminos de la sangre mía
ya no sé si es que vamos o volvemos.

Y no me digas nada. No es preciso.
Deja que vuelva al pórtico indeciso
desde donde no escucho ni presencio:

Todo fue dicho ya, tan a menudo,
que ahora tengo miedo, amor, y dudo
de aquello que está al borde del silencio.



Poema Cómo Decir, Amor, En Qué Momento de Julia Prilutzky



Cómo decir, amor, en qué momento
te rompes dulcemente entre las manos,
sin quejas, sin recuerdos, sin arcanos
y tal vez sin temor ni sufrimiento.

Cómo volver a amar, qué sentimiento
de elementos divinos o profanos
puede reverdecer entre desganos,
en la etapa final del desaliento.

Pregunta al corazón por qué no cree,
pregúntale al mirar qué cosas lee,
pregunta al labio cruel por qué no besa,

y te dirán, sin duda, su fatiga
del amor fiel o la pasión mendiga,
su falta de esperanza o de sorpresa.



Poema Todos Los Trajes De La Muerte de Julia Otxoa



La vida es insoportable
sobre las cenizas de las víctimas.

No me hables de los héroes,
he visto todos los trajes de la muerte,
la sombra de la sangre derramada
es siempre imborrable y única.

Miro nuestra casa
y sólo veo fantasmas.



Poema Tengo Frío Junto A Los Estandartes… de Julia Otxoa



Tengo frío junto a los estandartes,
el rumor de sus himnos
hiela mi corazón
como la negra memoria
de una guerra perpetua.



Poema Siete De La Mañana… de Julia Otxoa



Siete de la mañana, todavía no ha amanecido
desfilan por las vacías calles los nacionales espectros.
Atravieso el puente de la Avenida de la Libertad,
levanto los ojos al cielo,
allí está Marina Tsvíetaieva ahorcada de una estrella.
Oscila su cuerpo en la oscuridad,
péndulo del reloj de nuestros días.



Poema Poemas (7) de Julia Otxoa



El secreto de la poesía pertenece más al náufrago que al navegante.

***

Bajo la sandalia un círculo vacío, sobre el sombrero una mariposa.

***

La libre posesión del dolor, su dulce sombra,
rehaciéndonos de nuevo, diminutos.

***

Permanecer en la inquietud, permanecer en la inquietud, no quiero ser
sorprendida. Apaciento mi sombra en los lugares más inseguros del
pensamiento. Oigo crecer mi osamenta cada día, mi infancia no ha terminado.

***

La cabeza de la res muerta no cabía en nuestra boca, recuerdo el olor y
el silencio
que había seda y carne cruda sobre las copas rotas,
y la comida aparecía derramada sobre la cama del enfermo.

***

Los hijos del guarda me persiguen,
mis ojos no distinguen las sombras del día o de la noche,
deambulo dentro de mí misma huyendo del camino.
Mi hambre es de nomadismo.

***

Hallan el cuerpo de un hombre que desapareció hace dos años,
balanceándose sobre una rama convertido en manzana.



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