Poema Ciudad Murada de Neus Aguado



Ciudad Murada de Neus Aguado. Te invitamos a recorrer los poemas de Neus Aguado. Disfruta también de nuestros poemas del alma, de amor, de amistad , de familia, etc. Otros poemas que pueden interesarte son: Aquí puedes acceder a los mismos o ver toda la poesia de Neus Aguado


Poema Ciudad Murada de Neus Aguado

Tus ojos medievales, quizá grises quizá verdes,
y los ojos azules mencionados en la literatura occidental.
Palabras inapropiadas como pingüinos en el Sahara,
y el saber que nunca supimos.

Preferir lo zafio a lo sublime
como un mandato que nos destierra del paraíso
y nos conmina a penetrar en el triple recinto:
en el primer recinto está la mano que sujeta,
en el segundo la mano que condena,
en el tercero las dos manos de la matrona universal.

Ciudad murada, recinto que llevamos impreso en el alma.

Mar adentro, alma adentro, vida adentro.
Como un náufrago llegas a islas irreconocibles,
no hay mapas ni brújulas ni tan siquiera agua.
Sed, sólo sed durante todo el recorrido
y lejos muy lejos las huellas de otras vidas.

A tientas buscas el pozo, el aljibe de tus mayores
y encuentras un túnel infinito y no ves la salida.
Luz y agua buscas y encuentras muerte.
Y empiezas otra vez, aprendes a andar nuevamente:
«Un kilomètre à pied…» el canto de montaña
y al fin encuentras en el iceberg del alma un poco de sol
y de agua helada.

El mensajero de las siete llaves,
el que nunca recuerdo ni sé cómo se llama,
me dijo los secretos de tu vientre y tu cama.
Si niegas lo que amas el amor reverdece,
si amas lo que niegas el amor te enloquece.
Busqué el libro que tus manos habían sostenido,
el de la miniatura de Jean Fouquet en la cubierta:
«Dios une a Adán y Eva» en un jardín cercado
con ángeles, animales y la fuente, estrellas y palomas,
y pensé ¿habrá un ángel, un solo ángel clandestino
dispuesto a sostener el manto del creador en el jardín
de nuestros amores cercados donde hay agua y cielo
y un paisaje invertido como el de los antípodas
y un incansable deseo de desaparecer del cuadro?

No quería la lujuria que me diste,
la que se echa sobre el lecho como un fardo,
ni tus ojos cerrados ni tu boca ebria.
Quería, Dios lo sabe, tu mirada
y la transparencia de estrella
que incluso los esclavos pueden poseer.





Mas poemas de Neus Aguado


Poemas de Otros Autores


Mas Poetas Para Disfrutar

No hay comentarios »

No hay comentarios.

Deja un Comentario



Políticas de Privacidad