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Poema Promesas De Un Desorientado Poeta de Santiago Azar



Prometo ir a misa todos los Domingos,
no lanzar eructos cuando almorcemos,
no reírme de mamá ni de papá,
usar la corbata hasta el tope,
peinarme cada diez minutos buscando el orden.
Prometo ser un abogado, honesto y eficaz,
no orinar en la calle, pues es bestial.
Ahora creeré en todos los santos de mi patria!
Educaré a mis hijos en las monjas,
me acostaré a medianoche, ya que es buena hora,
le haré reverencias a los policías,
me encantará hacer las filas de los bancos,
hablar de moda en las reuniones,
no diré garabatos a los mayores,
tomaré a la poesía como pasatiempo,
no como digno oficio;
leeré menos pues enturbia la mente.
Seré sincero en mis confesiones con el cura,
usaré los zapatos lustrados y brillosos.
Adiós a escupir en la calle! ( es ordinario ).
Tampoco me dejaré barba, dijeron que parecía torpe.
Dejaré la bebida como un vicio terminal.
No miraré las puestas de sol, ya que es sentimental.
Iré a las fiestas de campo,
casamientos, bautizos, velorios.
Desde ahora y hasta siempre mis promesas:
Seré un chico bueno si es que me lo piden.
El santo poeta ahora aparece.



Poema El Hábil Muchacho De La Camiseta Roja de Santiago Azar



A mi padre

Todos querían ver a este muchacho
del cual el balón se enamoró muchas veces
y eran tardes enteras en la carretera del césped,
volando como un huracán despierto en los cielos,
derribando el liviano peso de los débiles,
era la acrobacia de reír, reír,
nunca olvidando que el mundo es una sonrisa.
Y allá galopa el Nino, el Nino Landa,
viene bajando de su bicicleta de piernas,
corre encima de un rayo despidiendo rivales
incapaces de detener a alguien que no nació
en las vísperas de este planeta.
Y allá se vio al Nino, a lo lejos, frente a nosotros,
y mi padre lo observa desde niño y celebra,
y grita, y crece con él,
y se sienta en las galerías de un viejo estadio,
donde mi abuelo hizo de él un hombre,
sólo para ver a este potro feroz
que ofrece su camiseta roja a las sangres,
pues sabe que la bandera de Unión Española
sólo puede clavarse una vez en el pecho.
Por eso se aprovecha cada segundo
como si fuese la última eternidad,
para detener todos los sentidos
en las piernas que no son piernas,
sino espadas sin la piedad de la mano.
Pero mi padre llora ya viejo sobre los mantos del ayer,
porque nuestro Nino corrió demasiado
y de tanto esquivar rivales, quedó fatigado,
porque llegó la muerte a marcarlo
y al Nino no le funcionó la finta.
Vino la malvada con un tacle deslizante por atrás
y así, sólo ella, pudo derrotarlo.



Poema Viejos Cracks de Santiago Azar



Cuando el tiempo se detuvo definitivamente
sobre las piernas de los que fueron muchachos,
sobre las cabezas de los que fueron ídolos,
sobre la habilidad que hoy es terca,
no les quedó más a estos hombres fieles
que juntarse semana a semana en la cancha de tierra,
con todos los nietos en las galerías,
con sus mujeres gordas, pero desafiantes,
para patearle tiros libres a las canas,
a ver si de lejos sorprendían a la muerte.



Poema Una Mujer Llamada Sola de Santiago Azar



A Sola Sierra.

Mujer, te han recibido los muertos
porque siempre fuiste de ellos:
Te reciben con sus banderas al tope,
te hacen una guarida en sus almas,
y al fin aparecen, ahí están, vienen marchando,
los desaparecidos de ayer, los de hoy,
y te llevan en andas y repiten Sola,
porque tu nombre lo aprendieron de memoria,
conocieron tu rostro hace tantos años,
que nadie, ni Dios, podrían confundirte a lo lejos.
Mujer, todas las heridas han vuelto a su origen,
ya no más, ya no más llanto sobre un hueso de los siglos,
ya no más caminar por las calles
sobre las alas de una triste mariposa caída;
tú sabes que te han recibido en fiesta:
pronto estaremos en la patria del infinito,
el viento de un canto se escuchará en los desfiles,
porque será Sola que vendrá de la mano
con el hombre perseguido en sus sueños
y entre las multitudes hablará en el podium tu recuerdo,
como un pájaro final que resucita al olvidado.



Poema Tu Vestido Verde de Santiago Azar



De tu vestido verde sacaría todos eso botones
y te sostendría el cuerpo a cambio sólo de besos.
Porque nadie sabe de tus dientes que son pétalos escogidos
ni que por las calles vienes dando orgullo a cada avenida.
Para mí nada más que mirarte siempre a lo lejos,
pero pensando en bailar contigo sobre las estrellas.
Recordarás las pasajeras cosas, amiga,
recordarás el dominio pequeño sobre tu pecho,
que fui yo quien derramó los labios en tu carne
y quizás cuando esté sentado en la noche de las canciones,
me refresques este dolor sólo con la sinfonía de tu aroma.
Yo no te pido nada más, mirarte siempre de lejos,
como el pájaro enfermo mira el vuelo de sus compañeros,
como un caracol que entra en la oscuridad de su propia suerte,
como si fueran los años tantos, pero no conocemos los siglos.
Yo no te pido nada más, los deseos se me fueron muriendo en una carta muda,
los alientos y besos se me cayeron en la ceniza de las cenizas,
sólo te pido que alguna vez, en tu camino de reina y mujer,
vuelvas conmigo en la hora de los labios,
mostrando a los ojos del viento, la hoguera de tu cabellera
y la delicada caída perfecta de tu vestido verde.



Poema Soy Poeta de Santiago Azar



Soy poeta, ave de rapiña de todos los sentimientos,
fruta fresca de los árboles nuevos
corazón enterrado en la tierra,
el escolar preferido de la vida,
el golpe a la puerta cerrada
con el pan y cena de todos los años.
Soy una noche tan larga como la muerte,
una guitarra sonora y sencilla,
la herradura y el rastro de toda una historia.
Soy parte hombre, parte universo;
ojos con fuego de estrella
y boca viajera como perfecto cometa.
Desde aquí me presentaré a ustedes;
soy poeta, discípulo de cada mano abierta,
sueño despertando con el bostezo de la madrugada
y un alimento recién cocido que
destapa la mesa pobre de los hambrientos.



Poema Silencia Xiv (la Náufraga) de Santiago Azar



Vas a ser mi náufraga porque destrozaré tu barca,
te destrozaré chocando contra las rocas,
te ahogaré por debajo de la luna.
No dejaré siquiera una balsa para que respires un segundo.
Respiro, y yo soy el mar que ahora te invade.
Vas a morir despacio en esta noche de torbellinos,
vas a desaparecer despacio cuando aparezca la tormenta,
y mis relámpagos cristalinos, y mi boca como trueno,
y mis manos como ventisca por tus rocas.
Vas a ser sólo una mujer flotando en la inmensidad del océano,
y el amanecer no aparecerá sin que nuestro fuego se apague:
se apague con la sal de tus senos, las lágrimas de tus pezones,
el llanterío de tu vientre y de tu piel.
Vas a ser tragada por este pez inquieto,
vas a convertirte en pez y esta vez yo seré el pelícano,
no quedará nada de ti cuando resucites, difícilmente resucites.
Vas a ser mi náufraga porque destrozaré tu barca,
no existirán islas ni maderas; amor, sólo marea.
Vas a ser mi náufraga y yo seré la barca hundida en tu cuerpo.



Poema Rojos Tus Cabellos de Santiago Azar



Bajo tus cabellos rojos como sangre de dioses
quiero ahogar este último aliento
para que seas océano y tragedia
y mis dedos se pierdan como un niño muerto
en la soledad nocturna de las arenas.
Bajo tus cabellos rojos como sangre de dioses
el paladar de la hermosura saborea mi cuerpo,
lo revive centímetro a centímetro,
lo conquista como a un río virgen.
Porque si tuvieses más largos esos relámpagos rojos
que nacen y mueren en tu cabeza,
los dioses bajarían a recuperar su cabellera
o tal vez sólo tus ojos
porque las estrellas ya han reclamado su brillo.
Por ahora me conformo con estas llamas
que desatas en la punta de los soles,
me conformo con este nido
donde pierdo mis dedos inocentes,
pero donde gano la entrada al paraíso.



Poema Recital De Mis Arañas de Santiago Azar



Estoy condenado a destripar el corazón de las arañas,
a poner los dedos dentro de la caldera de una flor.
Estoy arrestado en las prisiones de una lágrima con cuchillos.
mastico el cuesco amargo de un día oscuro
y paseo en la niebla sucia que destapa a los caballos en los campos.
Me he hecho débil como una copa sin vino,
que ni esta canción me pertenece completamente.
Y después, arribará el diablo vestido de mujer,
ofreciéndome pan, versos en ediciones de lujo,
zapatos incendiados en la boca poderosa de una estrella,
autógrafos anónimos para que nadie me encuentre,
kilos de juventud esparcida en piernas y manos.
Y así se me presentará el diablo,
vestido de mujer, guiñándome el ojo varias veces,
seduciéndome con un beso que recorra mi sexo y pecho,
mas no sacará nada, nada podrá arrebatarme,
porque en las arañas de este cuarto húmedo,
ya he tenido mi abundante infierno.



Poema Recados Para La Mujer De Los Inviernos de Santiago Azar



Aquí, hoy, en la desesperación de los inviernos,
me recuesto a tu lado, mi mujer de secretos y llamas.
Quiero sembrar en tu pecho los besos del tiempo
y en los veranos venideros recoger el trigo en este lecho.
Ya sé que deseas que tu nombre lo pronuncien las gentes,
que cuente del inagotable camino que cruzamos,
mas yo te pido silencio y que sólo cante el susurro en la oscuridad,
sólo quiero tu voz de campanas para mis rudos oídos,
sólo quiero tus piernas como árboles fijos en mis manos,
porque me ha despertado toda la lluvia que traes a cuestas,
ese aguacero que revienta por la lengua,
ese trueno que destapas en un grito a las estrellas.
Pero te pido silencio, para que cerquemos nuestro pequeño país,
para que cerremos las puertas al extranjero
y vivamos las multitudes de este universo
en el barco veloz y rotundo de tus labios.



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