poemas vida obra victor redondo

Poema Flor Caída de Víctor Redondo



El hombre que yo era empeñado en demostrar
la imbecilidad de vivir
la piel desnuda flor seca
ambulaba por el mundo.
Tomaba un ritmo del aire, una flor del éxtasis
en el placer caía en el humo.
La flor de la hez de la palabra.
El hombre que yo era
? hilo de espuma vuelto de la aniquilación de sí como un viento en el humo se observaba en el espejo de la soledad del hambre.
Observaba la flor pálida de un rostro caído observarse, triste y aburrido, en el espejo vacío.
Encorvaba la pluma del aire como una garza bailando en el resplandor.
Era la patética figura del no va más.
El hombre que yo era
empeñado en demostrar
su no existencia cerraba la puerta y se perdía en la desmesura del sol.



Poema Un Sueño De Paracelso de Víctor Redondo



Mago de espina seca
astrada medialuna
bajo el carmen perfecto vio
dos mañanas de fuegos azules
ardiendo entre cristales sabios
el amor lejos siempre de la sabiduría
más calor, más agua verde,
amenazando qué estirpe religiosa
tras la cortina
el pasillo laberinto
el silencio y la letra
creció el humo y nació la piedra
la virtud.



Poema La Destrucción De La Realidad de Víctor Redondo



Como operación delicada que es, los poetas
comienzan a roer la realidad con tal delicadeza
[e inocencia
que nadie, juraría, creería que eso es lo que
[sucede.
Se desmontan los mecanismos del pensamiento.
La orfebrería mental
se desvanece.
La realidad se aleja del corazón. Desaparece el
[placer.

(Otra manera de verlo:
el mundo se aleja de los hombres
porque el mundo los sobrepasa en inteligencia,
veut dire: la Tierra piensa.)

Se destruye la tapa de lo razonable: el cerebro
estalla.
Entonces la vuelta de tuerca,
el golpe de efecto,
retroceso para la ironía:
se ha ido,
se ha ido,
repite la voz: se ha ido
un hombre viejo que al enfrentar su vejez
decidió arrancar de la muerte
un argumento: la revelación de un misterio:
ver
lo que no existe.



Poema Explicación A María de Víctor Redondo



Con la crin torneando la voluta de aire sobre la que nos
posábamos.
Ala corta para el infortunio,
la desproporcionada sed de cada mañana.

Solo como una flor en el desierto de piedra
dejaba estar las horas a mi lado, no buscaba,
en la parquedad de esos instantes vislumbré la vida.

La vida, la vida de ojos ciegos,
de lucidez radiante.

Con la mueca del gesto grave, triste,
alisaba el espejo sobre la pared de mi rostro,
respiraba hondo el espíritu

regresaba a mi cuerpo desde lo crudo.

Abría lo abierto y cerraba lo cerrado.

Debajo de lo que simulaba mi cuerpo
latía una pequeña llama, pájaro rojo, flor de bruma.

Y allí donde abrías tu cuerpo
abres tu cuerpo
abrirás tu cuero al agua sedienta de la destrucción.

Ah, belleza que no pude conocer!

Desde la crin de plata
torneando la voluta
del aire de mis pulmones, intoxicados,
muertos
gozando.

Bajo pecado que se destina al comercio
resuena como un pájaro metálico
entre los cuerpos extendido
lado a lado del infierno
en la plenitud robada al número cero.

Ala corta para el infortunio,
desproporcionada sed.

El sol es una idea que heredamos de la luz
y a la cual jamás rendimos fidelidad
bajo la suave dalia del jardín
el espíritu se transforma en naturaleza.

Al lado de la piedra el algodón
figura
un cáliz, una forma.

La perturbación es una mano sobre mi cuerpo.



Poema Copa En Celo de Víctor Redondo



Abril ha llegado con el atraso de las hojas

el susurro del arco en la vena de la medialuna

la cabeza que arde en el eco del infierno.

Si llegas a saber quién soy

o esperas que te nombre entre tanta ruina

pondré un beso en el nadie que se existe.

Partida en mi deseo, cereza de carne,

la que me nombra en mí es la muerte en el espejo

lo nocturno que roe la palabra

en el espejo muriendo.

Y desnudamos la piel, la horca

del que pende de la aurora y del sueño



Poema Canción Para Laura de Víctor Redondo



Un país donde el mar y la carne fueran un
[templo
donde el cuerpo y el agua al unirse
donde la partición de los ojos enamorados
dieran luz a un palacio inmenso

Un pájaro de lunas abiertas, ensangrentado,
desatara el inusitado fervor
la baraja de lo Inesperado saltando como un
[ácido
dieran luz a un palacio inmenso

La transpiración del mar este alcohol
la fiebre que bordea los espejos
la risa inocente como un aullido
dieran luz a un palacio inmenso

Una mariposa negra desde el abismo del techo
una araña crucificada que canta su sombra
insecto cuerpo, sacromonte
dieran a luz un palacio inmenso

querer aquí la vida
esta mano este cuello estas bocas
este deseo bajo la mirada del tigre
dieran

El círculo de tiza en la máscara brillante
la herida en la más abierta acabar
acabar
dieran luz

Un país Un país comarca encendida
el húmedo paisaje donde la luna roja se estrella
y bendice la unión de dos cuerpos bajo las
estrellas
dieran a luz un palacio insomne

La puerta que se abre sin estar cerrada el
[murmullo
de las paredes desprende una palabra
[incomprensible
que cubre de misterio el desierto arrasado del
[amor
dieran luz a un palacio inmenso

aquello que no supimos pronunciar con
[nuestras palabras
aquello que reclamó palabras nuevas para su
[fiesta
aquello que rima con alegría y espanto

como certeza en lo blando
risa en lo oscuro
huesos de diamante
dieran luz a un palacio inmenso

También los años que se abren paso como un
[asesino perfecto
las bocas vacías quebradas mudas que han de
[darse
al vidrio donde duerme la espuma blanca
[dieran luz a palacio

el amor diera luz
el abrazo diera luz
la entrega diera luz
y en un gran concierto de glorias y derrotas
dieran luz a palacio inmenso.



Poema Blues Para Clara de Víctor Redondo



¿Dónde hay un cuerpo para habitar?

Estos tristes duos no significan el amor,

solo la parte que sobre de cada uno.

¿Dónde un cuerpo abierto en lo estrecho?

¡Entramos a las ciudades con maletas vacías,

arrojamos el corazón

al fuego de la incertidumbre!

¡Somos espuma seca, navaja sorda, pirañas del cerebro!

¿Dónde tu cuerpo cayendo por la arena

levantando el alcohol del dolor

sobre los pies borrados del viento?

¡Fijación del deseo, gato perdido!

El mar no borda el pecho de los locos,

tampoco borra nuestra sed

¿y el amor mueca imbécil

no no no?

El mar nos rodeaba de sal, de sed.

Así la distancia

hasta no estar.

La gran historia de amor

¿Es ella cuerpo destruido?

¿Es ella la que habla?

¿Es ella la que canta máscara negra?

Con tu frente recorre ciego bebido en la fuente del día

la ropa desesperadamente mojada

danzando ?¿es así como debo hacerlo?? mientras se desnuda

en la habitación donde precavidos entramos

con la belleza de sus ojos

clavada en el animal

tampoco frente al amor aislado

la humedad del ardor brillaba en los espejos

tan amplia

con la dignidad de los elefantes que mueren en el mismo lugar

leche de la noche pesadilla de gusanos

el feroz ya no sacia las fuentes

ahora las alegrías más oscuras, demonios arrepentidos bajo el fuego

ese cielo bajo sirve para escarnecer

cuando los ocultos amantes ignoramos la luz

que se paga con la muerte

tu cuerpo en el espejo, tu edad, tu bella

ola que se busca enloquecida

aquí canta el tiempo

enamorado de

destruir

retornando

del espejo a tu cuerpo

solemne como un altar

puta sagrada

ola salvaje con forma de flor

con forma de cuerpo destruido

con forma de espejo reflejando una espalda que nos abraza

feliz fertilidad al caer el día

hada encarnada

en la inocencia

entrégate al feroz resplandor de los cuerpos

cuando un hombre te ama

alternas con la noche

en este estreno solitario

te has pintado, has lavado lentamente

tu sexo -sintiéndolo por primera vez- brillar

y tus ojos arrebatados

avasallada

dominio insomne que se rebela

te amo

agua en tu vientre

por una risa

un gesto sádico, ademán morboso, sensual

con el polvo oscuro

y el viento frío

donde los asesinos exageradamente

te aman, escándalo mudo

amor sin demonio

un dios

un proteo de magníficas tetas

una gitana

una india

una peruana

una amazona

¿sabes sin que lo sepas

la boca de tu vagina la soledad

más dulce?

Hasta el límite

en que el lenguaje siga siendo el lenguaje

diga desaparecer





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