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Poema Sombrío Reflejo de Lina Zerón



Me lastiman tus ojos que destrozan
con impaciencia mis contornos.
Tus manos que pordioseras sobre mi cuerpo se tienden.
Tu sexo
que falto de esplendor,
prefiere huir temprano de la fiesta.

Qué lástima saber que ningún poema recuerda ya
en mis adentros tus espasmos.

Salvo yo en ti
nada eres.



Poema La Casa de Lina Zerón



Llegó el momento de partir
el hogar en dos.
Bien:
comencemos por los rincones donde las arañas
tejieron también su historia.
Hablemos de los muros y sus cuadros.
¿Cuál eliges?
¿El del día de la boda,
el retrato de la niña
o el de vacaciones en verano?
Quiero el antiguo bodegón
para recordar las comidas familiares.

Mira la casa:
permanece ahí
de pie
pero sin alma.

¿Con cuál alcoba deseas quedarte?
¿Aquella donde los gemidos
algunas vez fueron música perfecta?
¿O el cuarto azul
donde echó raíces la cuna para siempre?
¿O el jardín
donde todavía se columpian las sonrisas?

Deseo la terraza,
esa roja plataforma de minúsculos ladrillos
donde lluvias y palomas encontraron su refugio,
donde todavía transpiran las estrellas
y no hay sombra que oculte los engaños.

Te regalo los espejos
saturados de susurros, ecos familiares,
desfigurados rostros
que hoy se desangran en reproches.

Pero tienes razón:
tal vez aquí ya nada nos retenga.
A la frontera tal vez llegamos
entre el amor que vacila y las cenizas.

Viéndolo bien,
no puedo partir en dos la casa:
te la regalo toda
con todo y promesas de futuros sublimes.

Como cortinas viejas
te regalo lo que queda:
este cielo sombrío
y este desvencijado viento
que dejaste al cerrar la puerta principal.



Poema Imagen Cotidiana de Lina Zerón



Este desánimo eterno y pegajoso,
esta intransigente búsqueda perfecta de ti.

Ya no hay lunes malhumorados
ni eufóricos viernes
ni domingos depresivos.
Ni siquiera soy simétrica como los miércoles
ni me parezco al aburrido jueves.
Debería inventar otros nombres a los días,
restarle semanas a los meses,
abolir las tardes de lectura,
los arrumacos en los parques
de parejas clandestinas,
nuestra imagen cotidiana,
Tal vez regresaría el ánimo de continuar aquí.



Poema Evidencia de Lina Zerón



Mi piel nunca será cercada frontera
ni apacible galaxia
ni éxodo de golondrinas…
Será flama que asciende,
desciende
y asfixie tu piel en llamaradas.
Nuestras danzantes lenguas rojas
cuerpo abajo rodarán
hasta sucumbir
a voraces caricias.



Poema En El Desnudo Mar de Lina Zerón



Duermo en la ondulación de tu cuerpo.
Besándote despierto y besándote duermo.
Sueño con el mar desnudo de tu piel.
Desnuda duermo para tenerte en mí desnudo.

Te visto con el calor de mis labios
y mi tibia boca te desviste.
Mis ojos brillan como el viento
que sostiene a los pájaros
que hoy por ti se desgajan.

Con frescura de campo mis labios muerdes,
a la orilla de un río sofocas mis calores.
Tu fuego cultiva gardenias en mis muslos
y salvaje te ofrezco mis senos
para en ellos colmes tus delirios.

En tu espada de hierro vivo
y como mariposa de tu hechizo
palpitante
al fuego vuelo.

Calor de mi cuerpo develan tus manos,
siento los dedos de tu estruendosa lengua
mi vientre saturado de rocío.

Y entonces te beso.
Te beso y te digo amor
con el entrecortado respirar de mi pecho.



Poema Dime Amor de Lina Zerón



¿Qué harás?

Si sobrevivo sin ti a la furia de la noche,
entre balas este campo minado de recuerdos,
si descubro un aljibe de amor en el desierto
y a solas bebo en la noria de las ansias.

¿Qué pasará amor?
Si mis pies a seguir tu huella se afanan
y mis manos en perseguir hojas al viento,
si convierto atormentadas nubes en llovizna
y desquebrajadas olas en manso huracán.
Si mi voz repite que te amo en la penumbra,
y tus besos es lo único que quiero.

Si busco tu nombre en el sueño que se extingue
y tu aroma de violetas mientras duermo.
Si al probar la madurez de mis mares
tus labios enmudecen de ternura
y de tanto amor se desorientan las gaviotas
que descubren al vuelo el secreto que nos une.

¿Qué ganaría?

Por coser atardeceres al diván de tu regazo
ofreciendo devorar a besos la nostalgia
mientras someto torbellinos corazón adentro.
Si vendiera como espejo mi rostro en el mercado
y dibujara tu imagen en el corazón de mis entrañas
para que pueda este poema soportar tanto tormento.

¿Cómo continuar?

Ahora que la ausencia es la única que ama
en esta soledad congelada de suspiros.
Si no hay más desiertos ni lluvia en mi alma
y tu recuerdo es oscuridad sobre mis ojos.

¡Dime amor cómo recuperarte!…

Tal vez regando mi piel por los caminos
hasta ser cadáver mezclada con tus huesos.



Poema Desconsuelo de Lina Zerón



Dios ¿dónde estás?
Acaso en la débil ala de una mariposa,
en el monótono zumbido de la abeja
o en la gaviota que roza vagamente la playa.

Te busco
en el crepúsculo vacío de invierno,
en la luz sin frontera de mis ojos,
en la melancólica sombra del ciprés.

Palpitan en mi pecho reflejos de aurora.
Y no estás.
Tampoco en el alud de tatuados dolores,
en el breve escalofrío de mis párpados azules,
en la marimba interna de mi cuerpo.

Tal vez mis rezos llegaron tarde a la cita,
tal vez eres pedestal de oro inaccesible,
anzuelo en el fondo sin carnada
y yo hambriento pez en la noche del océano.

Tal vez seas omnipotente campo y yo roja hormiga.

Tal vez seas flama desprendida del sol
y yo ciego espejo incapaz de reflejarte.



Poema Aire Inerte de Lina Zerón



Reina de las profundidades de la tierra,
fiera devorando la vida,
brazo de río en medio de un océano enfermo soy.

No siento mi carne.
Nada sostiene mi esqueleto.
Mi lengua está agrietada y ciega.
Mis abismos en silencio te reclaman.

A la rosa rosa dejé de contemplar,
al verde campo verde.

Me volví sombra.

En blanco y negro vivo.

Y el miedo no se aleja.
Este miedo habita lo insondable,
se vuelve ojera en mi rostro,
aire inerte en mis pechos,
maléfico recuerdo.

Ahora un vendedor de sueños
gesticula tu nombre en el vacío.

(Y yo me he quedado sin monedas).



Poema Ahí, Donde de Lina Zerón



En la blanda cavidad de mi cuerpo
ardes.
En el espacio donde impera la noche
tiemblas.
En las sombras donde los dementes clemencia piden
te arrodillas.
En la profundidad del sueño roto
apareces.
En nombre del Maestro que llegó a salvarnos
imploras.
Ahí, donde el olvido a jirones llega
palpitas.
Ahí, donde tu memoria no tiene sosiego
existo.
Ahí donde el alma absorta se ciñe uno a uno
yacemos juntos.
Ahí donde mi corazón oprimo antes de que el llanto llegue
y me avergüence
te desconozco.
Ahí, donde mi delgado silencio te interroga,
te perdono.





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