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Poema Yo Te Siento En La Rosa de Jose Maria Peman



Yo te siento en la rosa.
Tanto más grande siento yo mi alma,
cuanto son más pequeñas
las cosas que la mueven.

¡Ay esas almas lentas
como animales hartos,
que van a Ti pisando mansamente
sobre el fango sonoro y necesitan
para reconocerte
la voz de la tormenta o la engolada
frase inmensa y solemne!

Señor:
Yo te siento en la rosa
y en la nieve
y en la rama sin flores
y en el plátano verde
que sombras, en el centro
de la plaza, la fuente.



Poema Romance Del Divino Gozo de Jose Maria Peman



El gozo del mundo se entra
dentro de mi corazón.
¡Estrecho gozo el que cabe
en tan estrecha mansión!.

El gozo que entra en nosotros:
gozo es de mal gozador.

Quiero un gozo que me envuelva
porque él me sea mayor.

¿Qué gozo será el que traiga
tanta anchura y tanto sol?.

Dios le dijo al siervo fiel:
«Entra en el gozo de Dios»…

¡No gozos que entren en mí:
quiero un gozo en que entre yo!.



Poema Romance De Los Siete Pecados Capitales de Jose Maria Peman



Tarde abajo, el mayoral
de los siete toros negros
va sorbiéndose en un triste
rojo crepúsculo lento.

Zahones de hipocresía
lleva, y por pica el deseo:
con azahar de inocencia
tienen los estribos hechos.

Los toros con siete lunas
van corneando los vientos:
jazmines de barba espesa
tirando van contra el cielo.

«¿A dónde vas mayoral?»
«A tu corazón los llevo».

Prepara tu mariposa
de seda y luz para el juego,
sácale filo a tu espada
con pedernales de miedo
¡Fina viene de pitones
la luna de un mal deseo!

¡Brava corrida, la tarde
aquella de mi tormento!
y seda morada, en medio.
Yo con la espada y la duda
Contra mí, siete deseos.

Me rozaron en la carne
las siete liras de huesos.
Geranios de sangre fresca
mis alamares prendieron.
Me salpicaron de espuma.
No me llegaron al cuerpo.

Cuando la tarde sorbía,
rojo, el crepúsculo lento,
por los prados, ya sin toros
luz de aurora en el sombrero
sin espuela y sin estribos
llegaba el Mayoral Bueno.
Vendas de seda traía
y aceite de olivos nuevos;
arena fresca en las manos
para enarenar el ruedo.

«¿A dónde vas, mayoral?»
«A tu corazón los llevo».



Poema Revelación de Jose Maria Peman



¡Cómo volaba el pensamiento mío!…
Fue un dulce anochecer. Se adivinaba
por su rumor, bajo la peña, el río,
y la mano del viento preludiaba
un aria triste en el pinar sombrío.
Como una bruma de melancolía,
no sé qué dulce calma bienhechora
pasó rozando con el alma mía…
Tú que en mí estás, mujer, a toda hora,
¡nunca has estado en mí como aquel día!…

Quise gritar mi pena.
y ante la soledad de los caminos
alfombrados de luna y la serena
quietud de muerte de la noche, llena
de olor de flores y rumor de pinos,
«¡La quiero!…», dije con fervor sincero.
«¡La quiero!…», repetí, y el aire blando,
con un rodar de voces fue gritando
desde la sierra hasta el pinar: «¡La quiero!

Callé y calló la noche. El alma mía
volvió a encerrarse en la melancolía
de este secreto amor hondo y austero,
que nadie sabe y del que nada espero…
¡Sólo lo supo el agua que corría
y una flor desvelada, que tenía
una cita de amor con un lucero…!



Poema Oración de Jose Maria Peman



Yo sé que estás conmigo, porque todas
las cosas se me han vuelto claridad:
porque tengo la sed y el agua juntas
en el jardín de mi sereno afán.

Yo sé que estás conmigo, porque he visto
En las cosas tu sombra, que es la paz;
Y se me han aclarado las razones
de los hechos humildes, y el andar
por el camino blanco, se me ha hecho
un ejercicio de felicidad.

No he sido arrebatado sobre nubes
ni he sentido tu voz, ni me he salido
del prado verde donde suelo andar…
¡otra vez, como ayer, te he conocido
por la manera de partir el pan.



Poema In Memoriam de Jose Maria Peman



La navidad sin ti, pero contigo.
Como el volver a ser
cuando empieza a nacer
verde de vida y de memoria, el trigo.

Porque tú no estás lejos.
No sé si es que te veo o que te escucho.
Me iluminan, me templan tus reflejos.
Voy hacia ti… No puedo tardar mucho.

Pagando estrellas por salario
te escondes en la barbas torrenciales de Dios.
Recuerdo el ritmo lento de tu horario.
Humilde en la infinita paciencia del rosario:
y en la fe penetrante de tu voz.

Y el belén de su Amor,
como tú lo ponías.
Tú, la niña mayor,
la flor más pura de las flores mías,.

Como es la luz del río
y el canto es de la fuente:
este cariño ardiente
es todo tuyo, a fuerza de tan mío.



Poema Entre Los Geranios Rosas de Jose Maria Peman



¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!

Así me gritó la niña,
la de las trenzas doradas:
-corre a verla, corre a verla,
que se te escapa.

Por los caminos regados
del oro nuevo del alba,
corrí a los geranios rosas,
¡y ya no estaba!

Volví entonces a la niña,
la de las trenzas doradas.
«No estaba ya», iba a decirle.
pero ella tampoco estaba.
A lo lejos, ya muy lejos,
se oían sus carcajadas.

Ni ella ni la mariposa;
todo fue una linda trama.

El jardín se quedó triste
en la alegría del alba,
y yo solo por la sola,
calle de acacias.

Y esto fue mi vida toda:
una voz que engañó el alma,
un correr inútilmente,
una inútil esperanza…

¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!



Poema Belleza Serena de Jose Maria Peman



Única turbación y melodía
de tu belleza toda en paz lograda,
la fuga musical de tu mirada,
sobre la sabia y pura geometría

de tu cuerpo sin tacha, es una fuente
con dos chorros de luz, que habla de cosas
lejanas y de estrellas misteriosas
más allá de la Forma y del Presente.

Ciega, por eso, mi alma te desea
como una estatua, porque así, hecha idea,
nada turbe tu plástica armonía;

y así, ya sin lejanas alusiones,
como el jazmín serena al mediodía,
tu perfección serene mis pasiones.



Poema Oración A La Luz de Jose Maria Peman



Señor: yo sé que en la mañana pura
de este mundo, tu diestra generosa
hizo la luz antes que toda cosa
porque todo tuviera su figura.

Yo sé que te refleja la segura
línea inmortal del lirio y de la rosa
mejor que la embriagada y temerosa
música de los vientos en la altura.

Por eso te celebro yo en el frío
pensar exacto a la verdad sujeto
y en la ribera sin temblor del río:

por eso yo te adoro, mudo y quieto:
y por eso, Señor, el dolor mío
por llegar a Ti se hizo soneto.





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