poemas vida obra marisa trejo sirvent

Poema Los Sueños Escondidos de Marisa Trejo Sirvent



Yo quería hablar de ti
al recordarte de
un bosque o de una playa,
de la arena y el musgo rozando nuestra pie.

Me hubiera gustado decir
que hicimos sonar un caracol gigante
y que el sol caía sobre el mar
mientras hacías el amor.
Pero ni modos,
No se pudo.

Yo quería hablar de todas esas cosas
que nunca hicimos
pero no pude.
Recordé el Sambors de las Américas
y la avenida Alvaro Obregón
no recuerdo muy bien
donde nos acostábamos a bebernos
los sueños escondidos.

México D. F. 1980.



Poema La Palabra Palabra de Marisa Trejo Sirvent



Ya no podemos poetas
fingir demencia
inventar frases célebres,
tratar de ser auténticos,
taladrar las palabras
cada vez más vacías,
sin la fuerza que tiene
la palabra palabra.
Palabra que es inútil
terror, araña, bomba,
siglo veinte..

Tuxtla Gutiérrez, 1983.



Poema La Cascada De Xico de Marisa Trejo Sirvent



A José Luis

La cascada de Xico
Los insectos se posan
Sobre sus frutos rojos
Protegidos apenas por las sombras
De bananos enormes
Que la lluvia abrillanta.
Mis ojos juegan a detener la marcha
El resplandor, el halo
De millones de gotas
que se volverán cauce entre montañas.
mi pensamiento reposa en ti
Como en un fruto extraño.
Tus ojos, verde viento lejano
Deshoja tulipanes en mi pecho.
Un pétalo, como una sola lágrima,
Ilumina los míos
En el instante mismo en que resurge
Tu rostro en mi recuerdo.

Jalapa, 1985.



Poema Europa de Marisa Trejo Sirvent



Ante el asombro
que provoca mi rostro moreno,
símbolo de barbarie,
no me queda más que sonreír
ante el punk con cadenas,
las plumas de los sombreros bávaros
las botas americanas de los alemanes,.
la cara congelada del guardia real sueco,
las limpias calles suizas
donde el subsuelo aguarda
la penúltima guerra..

París, 1981.



Poema Eso Ya Lo Sabes de Marisa Trejo Sirvent



I

Eso ya lo sabes
Estás en todos
En los pequeños ruidos de la calle
En cada esquina de este cuarto
Y en los miles de años de mi vida
Pero hoy
Te busco en las intimidades de mi cuerpo
En cada impulso de mi sangres
En los papeles atesorados
En esa música lejana
Que me trae el viento de la madrugada

II

Te busco inútilmente
Sin brújula
A destiempo
Lejos
Lejano
A doce mil kilómetros de las Ramblas
Donde deambulas tú también
Buscándome esta noche.

Tuxtla Gutiérrez, 1993.



Poema El País De Los Pájaros Azules de Marisa Trejo Sirvent



?Chiapas, perdónanos tan lejos
este llanto?.
Daniel Robles Sasso.

En el país de las etnias
de las más altas montañas
del bosque de los pájaros azules
de los lagartos tristes
de los lagos pintados de colores
de la selva hecha humo
y pozos petroleros
la sangre penetró bajo la tierra
el eco de los árboles
anuncia la muerte
el sueño más real
quedan los restos enterrados
escondidos
el niño que gritó
el niño huérfano
y la sal de sus ojos
que cae sobre las piedras
no duerme
el musgo le da vuelta en la cabeza
algún día hallará
el valor
la palabra precisa
al recordar
las grietas de su historia.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas,1994



Poema El Mar de Marisa Trejo Sirvent



a Raúl Garduño

?Conduce el mar un carruaje de pájaros
la mujer desnuda mira desde el puerto
la embarcación ardiente
a la luz de la luna se construyen las islas
martillos suenan como la frialdad
como el aviso de la resurrección?.
Raúl Garduño.

Siempre hablabas del mar
a veces
hace tiempo,
no existe el mar,
no existe siempre.
Sobrevive la espuma
como una mancha azul,
indiferente.
Los pájaros perdieron su carruaje
la luna como un cirio
ilumina tus islas
y todo cambia
y nosotros
los que permanecemos,
no tenemos
sino la arena, el faro
y en los ojos la sal.

París, 1980



Poema Dame Mi Soledad de Marisa Trejo Sirvent



?Quiero que me hagas el olvido
como antes me hacías el amor?.

Vendrás.
No tengo ganas de arreglar el cuarto
donde descansaremos o haremos el amor
(según el ánimo, la luna llena
el tráfico con que te hayas enfrentado).
Debería hacerte de comer, lavar los trastes,
así como llevé tu traje a la tintorería.
Pero hoy no tengo ganas de hacer esas cosas,
de vivir el lugar común en que vegeto
junto con las vecinas de abajo y de arriba.

El viento de la tarde me recordó el mar,
después vino la lluvia y con ella los sueños.

Hoy quisiera acostarme sobre la arena húmeda;
navegar hasta que el cansancio nos deje a la deriva;
liberarme de las cuatro paredes de la rutina;
amanecer sin prisa, buscar leña
y hacer una fogata a la orilla de un río;
aprender los caminos de tus ojos
como si fueran los de un desconocido;
navegar o convertirme en espuma,
en alga, en estrella de mar, en erizo;
pero ya ves,
tu burocracia sólo me da la posibilidad del sueño
y aunque somos amantes, yo cada vez te siento
más esposo y menos compañero.

Biografía: conviérteme en mujer
-cuyas alas fueron diseminando
sueños a la vez que fracasos-
dame la clave del vuelo de una mariposa fugaz;
haz que vislumbre la esperanza
cuando me suba a los árboles a jugar;
libérame de las muñecas inertes
que estorbaron mi infancia.
Dame valor para cambiar.
Te juro que no voy a caerme,
te juro que no voy a llorar,
te juro que no me voy a sentir sola.
México D.F. 1979



Poema Cimetière De Montmartre de Marisa Trejo Sirvent



Desde el 74
autobús parisino
quiero
no quiero
dirigirme a nadie
a ningún sitio
a menos que se trate
de un cementerio
donde todos estén muertos
menos yo.

París, 1981.



Poema Avenue Gambetta de Marisa Trejo Sirvent



El balcón de la avenue Gambetta
donde las estaciones se marcan en los árboles
en la vegetación inmensa de Père Lachaise
Desde este sexto piso
París no es más que un cementerio
el musgo crece sobre él
apariencia de viejo
viejo mundo
confiture y baguette

París, 1981.



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad