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Poema El Ángel Del Amor de Luzmaría Jiménez Faro



Dicen que llevas una venda…
Otros hablan de tu total ceguera,
y yo…
ni siquiera podría comentarte
nada de nuestro encuentro.
Sí, sé de aquella tarde
que cubriste de ardor mi indiferencia,
que una alegría fiera
saltó del corazón a la garganta,
de la garganta a los inquietos labios
que se tornaron nidos de luciérnagas.
Jamás imaginé que te encontrara
una tarde de lluvia
equivocada,
una tarde vulgar,
en un café vulgar,
entre gente vulgar,
…pero allí estabas.
Sí, te repito
que no puedo decirte más
de aquel encuentro.
Han pasado los años
y sigues acendrado en mí,
en mis palabras y en mi piel.
Que tomas diferente forma:
taza, mesa, cama, casa,
libros, hijos…
Y ya ves, fue un encuentro casual
en una tarde equivocada y gris,
en un café vulgar…
¡Ay, ángel mío…ciego mío!



Poema El Ángel Caído de Luzmaría Jiménez Faro



¡Ciudad mía! Hablo de ti,
de tu opulento parque.
Allí, donde tus árboles crecían
con la misma ternura que mi infancia.
Hojas…pájaros…ramas desprendidas
por un viento secreto que jugaba
con el gozoso asombro de lo nuevo.
También él: hermoso ángel caído
expulsado de los cielos y maldito,
sobre su alto pedestal ponía
en nuestro aletear su cruel belleza.
Él, que antes fuera Hijo de la mañana,
Portador de la luz, Príncipe del aire,

caído fue en desgracia por su orgullo.
Desterrado de Dios, ya en el Abismo
con su falo de lumbre copuló con la muerte.
Pero tú ¡abierta ciudad mía! lo acogiste
en tu seno, aunque por su oscura mirada
quedaran nuestros miedos esparcidos
y en celestial desgracia su pecado
devastara las risas trashumantes.
Busco, ahora, cuanto queda de mí, de ti,
de entonces…¡hermosa ciudad mía!
y son otros terrores los que habitan
tu vértigo y el sabor de mis horas.
Sobre su pedestal, Lucifer ha envejecido,
ni tú, ni él, ni yo, somos los mismos:
ahora nos cubren alas de otros ángeles
terriblemente oscuras
y sangrientas.



Poema De Este Talado Tránsito… de Luzmaría Jiménez Faro



De este talado tránsito del que nunca podrás vol-
ver sobre tus huellas, lo verdadramente útil es el
tiempo. Tal vez nunca ha tenido buena prensa por
aquello de desgastar la piel y restar a los cuerpos el
sabor de las frutas, la miel y la armonía. Tal vez sea
posible que con las prisas llenándonos de acíbar, ol-
vidamos invitarle a café y darle ánimos porque es de
uso común y no cotiza en bolsa.

Si lo aceptas, y le hablas de ti, porque es tu sed su sed
y escribís juntos ese diario íntimo que no es cadena sino
ruta de la memoria adentro y no le humillas, ni le
deshabitas, pagará con largueza cuanto ansíes.

Yo ya le abrí la puerta de mi casa y le ofrecí la mece-
dora de mi madre.



Poema Coro De Ángeles de Luzmaría Jiménez Faro



Un coro de ángeles juega con sus voces:
trisagios, improperios, dies irae;
antífonas, kirieleison, misereres;
benedictus, baladas, sinfonías;
magníficat, angélicas, salmodias…
Los ángeles se cansan de tanta algarabía,
porque saben que al estado de gracias
solamente se llega
cuando el silencio habita.



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