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Poema De Pechos Sobre Una Torre de Lope De Vega



De pechos sobre una torre
que la mar combate y cerca,
mirando las fuertes naves
que se van a Inglaterra,

las aguas crece Belisa
llorando lágrimas tiernas,
diciendo con voces tristes
al que se aparta y la deja:

«Vete, cruel, que bien me queda
en quien vengame de tu agravio pueda».

«?No quedo con solo el hierro
de tu espada y de mi afrenta,
que me queda en las entrañas
retrato del mismo Eneas,

y aunque inocente, culpado,
si los pecados se heredan;
mataréme por matarle,
y moriré porque muera?».

«Vete, cruel, que bien me queda
en quien vengarme de tu agravio pueda».

«Mas quiero mudar de intento
y aguardar que salga fuera
por si en algo te parece
matar a quien te parezca.

Mas no le quiero aguardar,
que será vívora fiera,
que rompiendo mis entrañas
saldrá dejándome muerta».

«Vete, cruel, que bien me queda
en quien vengarme de tu agravío pueda».

Así se queja Belisa
cuando la priesa se llega;
hacen señal a las naves
y todas alzan las velas.

«Aguarda, aguarda, le dice,
fugitivo esposo, espera…
Mas, ¡ay! que en balde te llamo;
¡plega a Dios que nunca vuelvas!?».

«Vete, cruel, que bien me queda
en quien vengarme de tu agravio pueda».



Poema Dragones De Cartón (v) de Susana Reyes



Algún día habrá un nuevo lugar
donde pasar el invierno
ahí se reirán las ventanas
de las gotas impertinentes,
rabiosas niñas
alejadas de vitrinas.

Por hoy te veo andar las mismas calles
como dragón ambulante,
malabarista del tráfico
vigía de la noche?



Poema Donde La Montaña Es Casi Azul de Jairo Guzmán



seguimos rutas de súbitos recodos. canciones nos recuerdan ceremonias ya
olvidadas. donde la montaña es casi azul, el río semeja el lomo de un
relámpago.

la mantis religiosa yace muerta y las flores de manzanilla son una
constelación en la soledad del arado.
raíces filiformes son cabezas de mandrágora; cabecitas de hombres
decapitados, con los signos del terror en sus rictus mortis.

una horda de animales monstruosos nos puede visitar en los instantes más
difíciles. allí se descubre que el aquerón es una interzona de realidad
por la que es inevitable pasar, para que el ojo se rebase a sí mismo;
para comprender los grandes esfuerzos del sol, su cópula con la tierra
como un abuelo incestuoso, al que le arrojan carretas de trigo
y caderas en sazón.



Poema De Un Caminante Enfermo Que Se Enamoró Donde Fue Hospedado de Luis De Gongora



Descaminando, enfermo, peregrino
En tenebrosa noche, con pie incierto
La confusión pisando del desierto,
Voces en vano dio, pasos sin tino.

Repetido latir, si no vecino,
Distincto oyó de can siempre despierto,
Y en pastoral albergue mal cubierto
Piedad halló, si no halló camino.

Salió el sol, y entre armiños escondida,
Soñolienta beldad con dulce saña
Salteó al no bien sano pasajero.

Pagará el hospedaje con la vida;
Más le valiera errar en la montaña,
Que morir de la suerte que yo muero.



Poema De Ustedes Todos Mis Caminos de María Eugenia Caseiro



?Todos mis huesos son ajenos??
Vallejo

Me ata otro dolor surcando ese dolor de siempre
Si no estuviera
mi dolor cuajado de otro que ahora parte de ti,
de ustedes todos caminos; encerrados, abiertos
blancos, negros, grises, temerarios, pusilánimes, insomnes?
Si no tuviera el valor de retener la vida en este juego de ser;
ser tú, ser ellos?
todos los que apenas logran vivir después del pan,
del gilvo de la lumbre que brilla en los ojos de la muerte;
tu muerte mía, apenas encontrada en ocasiones.
Mi sed apenas tuya, mi rostro el tuyo apenas
aparcado dentro del automóvil.
Si no estuviera ese clamor de siempre pinchado por la aguja de la vida,
vida que rodea una vida; la de ahora, la de ayer, la de nosotros siempre
colmando la verdad: mi única, tu única, nuestra única vida,
no conduciría el timón de mi esperpento para llegar a alguna parte,
querría sencillamente volarme el parabrisas como en otro tiempo,
caducar todos los plazos, ser semilla,
dejar mi apartamento
vacío
de pensar en todo.

Contacto con María Eugenia Caseiro: buhowriter@hotmail.com



Poema Dormir En Ti de Teresa Domingo Català



Dormir en ti, desnuda de abalorios,
amada por la calma de tus horas,
en tus ciénagas, en tus ciegos páramos,
con los ojos de sístole y penumbra
que arrancan alaridos al invierno.

Dormir en ti; los pájaros nocturnos
se enamoran de besos y cuarteles
donde reposar del vuelo, del fin
del nido y del estrago, y el helecho
gotea agua, lluvia mensajera.

Dormir en ti, en el canchal del río
donde arrasas, en el enigma triste
de los lirios oscuros, en océano
enloquecido por tus manos dulces
que penetra la casa en donde moro.

Dormir en ti, tras los acordes blancos
de tu silencio, que adormila búhos
y lechuzas encarnados en piel,
con sueños habitados de un futuro
lleno de soledad y de catástrofe.

Dormir en ti, al ángel de los hielos,
en tus pechos de diosa primigenia,
con roces de la rosa ensangrentada
y el murmullo del águila triunfante,
dormir, dormir en ti, sí, para siempre.



Poema De Los Sueños Y Otras Recetas de Rodrigo Carrillo



Caminar por el cauce de un río
para transformarnos en peces
Saber que la noche nos abraza
y nos hace estallar las costillas
para que salte el corazón

Montar el potro más salvaje
y domarlo hasta hacerlo bailar
Ponernos alas y explotar en mil luciérnagas

Dar vueltas sobre uno mismo
desaparecer de aquí
y aparecer allá resplandeciente
con el universo en todo el pecho

Meter en el vaso de Pandora
las furias dispersas
o forjar un rayo de Zeus
para lanzarlo implacable
al centro de la cordura

Encontrar el Arca de Noé olvidada
con esfinges, unicornios y pegasos

Ser Edipo sin Yocasta
Vencer a la Medusa
Cortar y morder la manzana

Son sueños inventados
después de jugarle la vuelta
a una pesadilla



Poema Don De La Materia de Pedro Salinas



Entre la tiniebla densa
el mundo era negro: nada.
Cuando de un brusco tirón
?forma recta, curva forma?
le saca a vivir la llama.
Cristal, roble, iluminados,
¡qué alegría de ser tienen,
en luz, en líneas, ser
en brillo y veta vivientes!
Cuando la llama se apaga,
fugitivas realidades,
esa forma, aquel color,
se escapan.
¿Viven aquí o en la duda?
Sube lenta una nostalgia
no de luna, no de amor,
no de infinito. Nostalgia
de un jarrón sobre una mesa.
¿Están?
Yo busco por donde estaban.
Desbrozadora de sombras
tantea la mano. A oscuras
vagas huellas, sigue el ansia.
De pronto, como una llama
sube una alegría altísima
de lo negro: la luz del tacto.
Llegó al mundo de lo cierto.
Toca el cristal, frío, duro,
toca la madera, áspera.
¡Están!
La sorda vida perfecta,
sin color, se me confirma,
segura, sin luz, la siento:
realidad profunda, masa.



Poema Despecho de Antonio Plaza



I
Arcanidad terrible de la vida,
destino lleno de rigor sin nombre,
infancia entre las sombras escondida,
aprieta sin piedad, que das en hombre.

No esperes con tu golpe furibundo
avasallar mi soberano aliento:
es grande mi tormento como el mundo;
pero el alma es mayor que mi tormento.

Y siempre aquí, con arrogante calma
de tus rencores la sin par fiereza
afronto audaz, que la grandeza de alma,
aunque pequeño soy, es mi grandeza.

Nunca al poder ni al oro me arrodillo,
y aunque me agobie padecer tirano
me muero de hambre; pero no me humillo…
seré cadáver, pero no gusano.

Bien, alma, ¡bien! porque jamás te humillas…
eres inmensa en tu sufrir constante…
¡No mendigues la gloria de rodillas,
conquístala de pie, mártir gigante!

Nací juguete de la vil fortuna,
y me acompañan en fatal camino,
la negra sombra que bañó mi cuna,
la negra mano que marcó mi sino.

A la luz de brillantes ilusiones
de la horrible verdad vi los arcanos,
y fue mi alma festín de las pasiones
como el cuerpo es festín de los gusanos.

Lloré por la esperanza asesinada,
pero tanto creció mi desventura,
que traduje en sonora carcajada
la suprema expresión de la amargura.

Al fin, cansado de mortal quebranto
adopté el estoicismo por divisa:
tanto lloré, que se agotó mi llanto,
tanto reí que se acabó mi risa.

Sin fe, sin juventud, la despreciada
vida infeliz indiferente rueda…
con mi última ilusión evaporada
¿qué me queda en el mundo?… ¿qué me queda?

Ya no tengo sonrisa ni gemido;
ni amo, ni aborrezco, ni ambiciono,
que en indolencia criminal sumido
hasta mi propio espíritu abandono.

Hora tras hora solitario pierdo
envuelto en bruma de oriental pereza;
es mi goce sufrir con el recuerdo,
entregado al placer de la tristeza.

Pláceme abrir heridas mal cerradas,
contemplando a la espalda de los años,
ilusiones de fuego, sepultadas
en la nieve de horribles desengaños.

II
También un tiempo ¡ay de mí!
tras de fantasmas risueños
desatinado corrí;
porque la razón perdí
entre marañas de sueños.

Lindo germen de ilusión,
de mi espíritu gastado
engendró loca pasión…
soñó con la redención
mi frente de condenado.

En mi desencanto amé
creyendo que no creía,
y más desencanto hallé…
¡imbécil! ¿por qué soñé,
cuando soñar no debía?

Amé a una mujer, como ama
quien amar no cree… su llanto
alzó en mi ser una llama,
como alza fosfórea flama
la lluvia en el camposanto.

Pero ¡ay! de aquellas historias
sólo guarda el corazón
recuerdos de muertas glorias,
memorias, sólo memorias son.

Porque mis sueños huyeron,
y mis amores volaron,
mis esperanzas murieron,
y los placeres que fueron
luto en el alma dejaron.

Hoy en negra decepción
los desprecios y el cariño,
mis esperanzas murieron,
para mí lo mismo son…
en lugar de corazón
llevo el cadáver de un niño.

III
De luz imposible mi cráneo era foco
de luz imposible mis sueños vestí;
pero ¡ay! que mis sueños febriles de loco
en mares de sombra perdiéronse al fin.

El alma, la vida apenas soporta,
la paz de las tumbas, del alma es la paz;
yo soy un pasado que a nadie le importa;
yo soy en la tierra cadáver social.

¡Guay del que vegeta con sueños despierto!…
dormirse soñando es muerto vivir…
yo vivo y no sueño, cadáver despierto,
del ser y la nada parodia infeliz.

Al cielo pregunto con ansia indecible:
¿los mártires suben de Dios al dosel?
el cielo se calla, y un eco terrible
me dice: ¡No sueñes… mentira es la fe!

Quien deja la vida de luto y hastío
se vuelve a la nada que de ella salió,
tras esas estrellas no hay más que vacío;
me dice: ¡No sueñes… mentira es la fe!

El hombre, ese imbécil gusano pequeño,
de orgullo inflamado, se juzga inmortal;
pero es la existencia la sombra del sueño
del sueño que forja la nada quizá.

* *

Señor, de la duda me asfixia el abismo,
te ruego que mandes a mi alma infeliz
la fe sacrosanta o el negro ateísmo…
negar es creer… dudar es sufrir.



Poema Dar Vueltas… de Carmen Rosa Orozco



Dar vueltas
demasiadas vueltas
en las puntas de mis pies
y apresar el aire entre mis brazos y mi cuerpo
hasta perder el sentido
y la visión descomponga la materialidad de las cosas
hasta el punto de disgregarlas en montones
y las náuseas en mi estómago
estoy a punto de vomitar
este malestar es terrible
y comienza a fastidiarme
hasta agotar mi paciencia
y me den ganas de darle patadas a todo
no puedo calmarme
quiero vomitar
y dormir para siempre
como los muertos de mi familia
y como todos los muertos
pensar en los muertos
y las cosas del mundo
hastía enormemente
Mi cabeza y estómago
quieren estallar de dolor y de náuseas
No he hablado con nadie este día
y quiero que vengan a ordenar mi casa a limpiarla
que laven mi ropa
siempre he detestado las tareas domésticas
persiste la náusea
y siento deseos de revolcarme en el piso.



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