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Poema Desde Siempre, Doble: Torbellino… de Carlos Barbarito



(A Federico Klemm, en memoria)

Desde siempre, doble: torbellino,
movimiento espiral, helicoide,
dinámica del espacio; peregrino,
partida y regreso al origen,
al centro.
¿Por qué entonces,
esta tarde o noche,
un palo quemado,
alas negras y una red,
hija de lo oscuro y hermana del sueño,
negro que se vuelve verde,
manos que emergen de la tierra?

(26 de noviembre, 2003)



Poema Cómo Es Ahora El Mar… de Carlos Barbarito



¿Cómo es ahora el mar?

¿Cómo es ahora el mar? ¿Y
el salto del delfín? ¿Y el niño afiebrado,
el miedo a las arañas, la carcoma,
la piel de la culebra, la mujer desnuda
frente a la mujer vestida que la contempla?
Hay un terreno vacío
donde hubo mediodía y una casa.



Poema Cármides (vii) de Carlos Barbarito



En este suelo, diseminados. Arriba,
cuanto hiela. Abajo, cuanto arde y crepita.
Sopla un juicio confuso,
que no distingue culpables
de inocentes.
Un insecto
empuja una bola de barro;
un niño delira por la fiebre
y ve lo que mañana
será su demencia o su arte.
Agua viscosa dentro de un cráneo.
Y en alguna parte,
lo obviado, escarnecido,
para tantos, sucio, impío,
incapaz de dormir, de despertar,
vientre que ningún animal husmea,
espalda que se apoya contra muros
que apenas dan reparo
a hierbas duras, sin flores ni perfumes.
Adonde desde siempre me dirijo.

(22 al 25 de noviembre de 2002)



Poema Cármides (vi) de Carlos Barbarito



Enfrente, figuras puestas en hilera,
desnudas o apenas vestidas
con retazos de lo que pudo ser
y no fue. Ligera niebla
entre ellas y yo,
pero de todos modos
ligera materia de extranjería,
de casi muerte.
Viven en casa hueca, sin gracia.
Vivo en casa llena, igual de descolorida.



Poema Cármides (v) de Carlos Barbarito



En el sitio de las olas, pozo.
Barco de frágiles vértebras, donde existo.
Se hiela la memoria al borde
de un seno oscuro, ciego. Exilio.
Quien come siente culpa.
Quien ayuna ve caer el cielo de a pedazos.
Entonces, ¿ya se dijo todo,
historia: menos que bestia, espantajo?



Poema Cármides (iv) de Carlos Barbarito



¿Es la vigilia ahora? Relámpagos.
Lejanos, detrás de los últimos árboles.
Tiene que haber un hombre allá,
con él una mujer. Huesos,
nervios, desdichas, palabras,
líquidos, hambre y sed.
Con ellos ni mi sombra estuvo.
Aquí sólo ras de tierra, breve océano mudo,
papeles esparcidos.
¿Es la vigilia
torpe calotipo que se consume?



Poema Cármides (ii) de Carlos Barbarito



En silencio, con los ojos abiertos,
se sumerge. Sin testigos.
Lejos de los barcos pintados,
de los remos, del Pez
y los peces. Ahora
todo es tiempo, muerde los muros,
los hijos, arroja ceniza
sobre las ciudades.
En el fondo apenas una chispa.
Apenas algunas hojas secas,
un fruto que nadie come
en el aire se pudre.



Poema Cármides (i) de Carlos Barbarito



¿En sueños? Lenta lluvia de hojas
secas, que aún no concluye. Por el aire,
lo que sin dar sombra se difunde,
lo que sin luz aparente deslumbra.
Huye de si mismo el pájaro. Queda
un vacío que nada ni nadie ocupa.
Es niebla cuanto cabe. Es papel,
reflejo, eco.
Una figura
en lo remoto se desdibuja.
Inútil esbozo, grito de animal
entre las llamas. ¿Hubo
cortina sin rasgadura,
mirada sin velo y, adelante,
agua con su cauce y desembocadura?



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